martes, 21 de febrero de 2017

MUERE UN GRANDE DEL JAZZ ROCK FUSSION



Larry Coryell, uno de los guitarristas emblemáticos del jazz fusión, falleció el lunes a los 73 años, en Nueva York, de causas naturales. Nacido en Galverston, Texas, el 2 de abril de 1943, fue un músico de un talento desbordante, con el que desarrolló un estilo único en la guitarra, en la que sobresalía su tono levemente cortante, sus fraseos en los que el blues y rock sólo asomaba para cubrirse luego de un pudoroso bebop dentro de un carácter de genuina sensibilidad. Sus diferentes grupos, proyectos y su amplía discografía, con más de 60 discos, definen su carácter ecléctico y de una técnica brillante, que le permitió transitar por diferentes estilos con mensajes tan distintos como creativos.
A poco de mudarse de su Texas natal al estado de Washington, comenzó a estudiar el instrumento con discos de dos guitarristas célebres del jazz: Barney Kessell y Tal Farlow. Ellos fueron quienes, quizás, le dieron a su estilo esa forma medulosa para desarrollar su mensaje. La técnica que desarrolló permite suponer que estudió a músicos con estilos diferentes, desde Django Reinhardt a Wes Montgomery, para crear entonces una técnica innovadora que la escena de Nueva York apreció rápidamente.
Con 22 años, en 1965, abandonó sus estudios de periodismo para mudarse a la gran manzana, donde consiguió atraer la atención de su colega Gabor Szabo, uno de los músicos que recorría un sector de la vanguardia del jazz en la ciudad. Llamado a reemplazarlo en el grupo del baterista Chico Hamilton, grabó siete temas en el disco The Dealer, en septiembre de 1966. Un trabajo definido como decididamente aperturista. Poco después formó parte de Free Spirits, un grupo que hacía pre-jazz rock, con el que grabó un disco, y de ahí saltó a la banda del vibrafonista Gary Burton, al lado de quien no sólo creció musicalmente sino que también logró hacerse un nombre en la escena.
En 1979 forma el Guitarra Trío con Paco de Lucía y McLaughlin. Con ellos grabó el mítico Meeting of Spirits, una sesión en vivo en el Albert Hall de Londres. En medio de la gira, Coryell debió abandonar el grupo a causa de su adicción a las drogas, y fue reemplazado por Al Di Meola. El trío no logró recuperar ese particular vuelo que él le daba a través de su consistencia a la hora de las improvisaciones.
Sin duda, a Coryell le gustaban los desafíos como el disco que grabó para la serie Jazzvisions, en 1986, con Farlow, Scofield, John Abercrombie y Larry Carlton. “Siento que me nutro de un modo especial cuando toco con mis colegas; es una experiencia para mí siempre potente y que me llena de energía creativa”, decía en aquel momento. Grabó además con gigantes del jazz como Sonny Rollins, Charles Mingus y Stephane Grapelli.
En los últimos años, Coryell siguió teniendo mucha actividad tanto en los escenarios como en los estudios de grabación. Se asoció a diferentes bandas como Triciclos, con Paul Wertico; luego formó un trío eléctrico con Lenny White y Victor Bailey, y más tarde se unió a los Wide Hive Players para regresar en 2013 con The Lift.
La muerte lo sorprendió en un hotel en Nueva York. Para este año tenía pensado reunir a Eleventh House, con el trompetista Randy Brecker.

PD Tomado del Diario El Clarin

domingo, 12 de febrero de 2017

De vuelta con un poco de musica para poder alegrar tu visita.

domingo, 11 de septiembre de 2016

De vuelta por este medio................Estoy de vuelta para traerles mas notas y comentarios sobre el tema que apasiona a multitudes: El Rock.
Durante este tiempo mi fan page https://www.facebook.com/wpmusicvideo/ ha incrementado su numero de visitas. Iré colgando en ella muchas novedades de música, así como por este medio.
Igualmente quisiera compartir mi colección de música con aquellas personas que estén interesadas.
Estoy viendo la manera de poder hacerlo, así como de crear un catalogo con los álbumes que tengo.

jueves, 5 de diciembre de 2013

El Inigualable Frank Zappa

(Tomado del Blog de Jorge Luis Tineo)
 


Hace unas semanas una persona muy cercana me preguntó: "¿Y de verdad Frank Zappa es tu músico favorito?" Y aunque pareciera una pregunta inocua y de respuesta predecible, decidí tomarme unos minutos para pensarlo. Admiro a tantísimos músicos, de tantísimas épocas y estilos que sería muy difícil escoger uno que sea mi favorito, a exclusividad. Ocurre que -y esta fue parte de lo que contesté a mi inquisidora- Frank Zappa no es mi único músico favorito, pero si hablamos de artistas, el genio de Baltimore (Maryland) se lleva el primer lugar de mis encuestas internas por amplio margen, por tres características esenciales: independencia, agudeza y creatividad.

En la internet abundan los datos biográficos de Frank Vicent Zappa, de modo que no me sumergiré en aquellas cosas que me tomarían mucho más tiempo. De hecho, muchas veces he pensado que si quisiera dedicarme a difundir todo el caudal de información acerca de su vida y carrera de la cual dispongo, tendré que abrir un blog en el que exclusivamente hable de eso. No se trata de un simple guitarrista de rock de los 70s. Hablar de Frank Zappa significa hablar de un personaje que cambió dramáticamente la manera de entender a la sociedad norteamericana, la política mundial, los análisis sociales, la industria discográfica y una multiplicidad de conceptos relacionados al rock, el jazz y la música clásica.

Este hijo de inmigrantes italianos nacido en 1940 -como él mismo decía "es hijo de la revolución industrial"- que se dedicó a la música popular casi de manera accidental, para mí es el equivalente a Miles Davis en el mundo del rock and roll. Empezó su carrera allá a mediados de los sesenta, con una banda de doo-wop y rhythm and blues llamada The Blackouts, en la que tocaba la batería. Su primera obsesión fue la música instrumental contemporánea (música "clásica" de los siglos 19 y 20), orientada a la percusión, que conoció a través de la obra del compositor francés afincado en los EE.UU. Edgar Varèse, de quien años más tarde adoptaría la siguiente expresión: "The present composer refuses to die" ("el compositor actual se rehusa a morir"). De allí que en sus múltiples ensambles encontremos siempre una gran diversidad de sonidos relacionados a la percusión: dos baterías, campanas, cencerros, panderetas, líneas extremadamente complejas para vibráfonos, xilófonos, etc.

¿Y por qué "el equivalente a Miles Davis"? Trataré de explicarlo brevemente: al igual que el negro Miles, FZ trascendió a la idea de ser un músico de rock para convertirse en un compendio de todas las opciones que pudiesen llegar a su paleta creativa. Armado de su inmortal Gibson SG, Zappa combinó, desde su primer álbum oficial, géneros aparentemente opuestos e inconexos como el blues, el soul, la música concreta, la música electrónica, el surf, el jazz, el country, entre muchos otros. Y con el correr de los años su discografía se convirtió en un indefinible cuerpo de trabajo que exigía cierta preparación y cultura musical para ser entendido. La música de Frank Zappa no es para todo el mundo, y lo digo sin un atisbo de arrogancia. Es simplemente la comprobación de algo perfectamente observable. Sométanse a escuchar, de principio a fin, el disco Absolutely free de 1967 (su segunda producción discográfica) y luego díganme si la entendieron, si les pareció buena a la primera. Es un desafío a lo que cualquier persona pueda esperar de una banda de rock sesentero.

Otro de los aspectos que lo ligan al genio de la trompeta del jazz es que, bajo su égida, surgió toda una generación de músicos notables, a quienes Frank descubría por su extremo virtuosismo y posteriormente, ya cuando trabajaban para él, exigía al máximo para sacar lo mejor de ellos, en pos de conseguir que la música compleja que escribía estuviese siempre bien interpretada, sin errores. Así podemos enumerar, solo para que se den una idea, a personajes como Jean-Luc Ponty, George Duke, Captain Beefheart, Aynsley Dunbar, Lowell George, Alice Cooper, Terry Bozzio, Adrian Belew, Steve Vai, Warren Cuccurullo, Chester Thompson, entre otros. Todos ellos iniciaron sus carreras en contextos musicales dirigidos por Frank Zappa y se convirtieron, por derecho propio, en famosos e influyentes artistas en sus respectivas áreas de creación e interpretación. Y todos recuerdan, siempre hasta hoy, las enseñanzas y experiencias a las que tuvieron acceso por haber pertenecido, alguna vez, al Universo Zappa.

Pero Frank Zappa tiene, además, una dimensión no-musical en la que no solo se aleja sino que supera al legado artístico de Miles Davis: su ácida manera de pensar con respecto a la sociedad norteamericana no dejó nunca de aparecer en las letras de sus canciones, en sus entrevistas televisivas (hay muchos ejemplos de ello en la internet). Recuerdo que en el DVD Does humor belong in music?, que registra un concierto de 1984, Zappa aparece mirando a la cámara y diciendo: "Un consejo para todos los niños que vean este programa: si se te acerca una persona en terno y corbata, te regala caramelos y te pregunta si está bien enviar soldados norteamericanos a Nicaragua, dile que NO", en clara alusión a la política exterior de Ronald Reagan, a quien criticó duramente todo el tiempo. Los demócratas tampoco se libraron de su agudeza y claro sentido común para disparar contra los corruptos de su gobierno.

Compositor de ilimitada capacidad creativa, guitarrista extremadamente virtuoso e innovador, productor discográfico y cineasta, comentarista social poseedor de un humor negro -algunas veces demasiado- que era capaz de provocar escozores en todas las instituciones, Zappa trabajó prácticamente hasta el último día de su vida, hace veinte años. Desde entonces no han dejado de aparecer álbumes póstumos con material inédito, de años y años de acumulación de trabajo en The Utility Muffin Research Kitchen, el estudio propio que armó en su propia casa. Incluso, en los últimos años de su vida, deslizó la posibilidad de postular a la presidencia de los Estados Unidos, organizando campañas para registro al voto y discursos en sus multitudinarios conciertos. La sociedad política estadounidense entró en pánico ante esta noticia y descargó toda su batería de ataques hacia esa amenaza al establishment. Zappa declaró en una de sus entrevistas: "Yo jamás gastaré millones de dólares en campañas publicitarias, sonriendo ante cámaras con sloganes pegajosos y cargando niños, diciéndote que soy la mejor opción. Si quieres saber lo que pienso hacer en el gobierno, llámame, ven a mi casa y te lo cuento".

Podría escribir muchas otras cosas pero en realidad es necesario mayor espacio para hacerlo cumplidamente. Me conformo con decir que ahora, veinte años después de su partida, es sintomático y curioso que la prensa de espectáculos de los EE.UU. no haga ningún recuerdo de él, por lo incómodo que era a sus propósitos embrutecedores, pero sí nos siguen hablando de Elvis Presley, de Marylin Monroe o de John F. Kennedy, personajes que, independientemente de su importancia en el arte o en la política, eran en realidad inocuos pues jamás pusieron el dedo en la llaga, jamás pisaron un solo callo y representaron el lado más amable y conveniente para efectos de sus objetivos como nación sin capacidad de autocrítica. 

Frank Zappa sigue vivo entre quienes amamos su música -que solmos millones en el mundo- como se demuestra cada año en el Festival Zappanale, en Bad Doberan (Alemania) o en la gira de homenaje que realiza su hijo Dweezil con la banda Zappa Plays Zappa, que recorre EE.UU. y Europa desde el año 2006.

viernes, 10 de agosto de 2012

Quieres que tus MP3's suenen a un volumen uniforme?


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viernes, 13 de julio de 2012

GRAND FUNK RAILROAD

Ignorados por la crítica de su época, el power trío Grand Funk Railroad, influenciado por gente como Cream, Hendrix o Rolling Stones, fue una de las primeras bandas de hard rock de los Estados Unidos que logró un seguimiento masivo por parte de unos entregados fans, entre los cuales me cuento, quienes vibrabamos con las impetuosas actuaciones en vivo y las enérgicas composiciones rock de base blues ofertadas por la banda de Michigan.
El grupo, formado en el año 1968 en Flint, derivaba de la formación Terry Knight & The Pack, un combo 60's de rock llamado en principio The Jazz Masters, que estaba integrado por el cantante y guitarrista Terry Knight, el bajista Mark Farner (nacido el 29 de septiembre de 1948) y el batería Don Brewer (nacido el 3 de septiembre de 1948).
Con la incorporación a la banda del bajista Mel Schacher (nacido el 3 de abril de 1951), antiguo componente del grupo de garaje ? & The Mysterian, Farner pasó a ocupar el puesto de guitarrista y vocalista, mientras que Knight dejaba el instrumento para trabajar como productor y representante de la banda, ahora denominada Grand Funk Railroad, apelativo derivado de la Grand Trunk Railroad de Michigan.


En 1969 firmaron con Capitol Records y en este sello publicaron su primer Lp, "One Time" (1969), meritorio trabajo que contenía temas como "Time Machine", "Are you ready" o "Heartbreaker". Este debut vendió en grandes cantidades, llegando al puesto 27 en las listas americanas.
Los primeros años de la década de los 70, con una astuta promoción publicitaria de Knight, continuaron el éxito de "One Time", intensos y vigorosos discos de retumbante rock'n'roll como "Grand Funk" (1970), número 11 en el Billboard, "Closer to home" (1970), número 6, el estupendo directo "Live Album" (1971), número 5, "Survival" (1971), con versiones de Traffic y los Rolling Stones, número 6, "E Pluribus Funk" (1971), número 5, prorrogaron su protagonismo en el mundo del hard-rock corroborado por sus multitudinarios conciertos, siendo los únicos tras los Beatles, en abarrotar el Shea Stadium de Nueva York.

Para su nuevo disco en estudio, "Phoenix" (1972), la banda de Michigan incorporó a un cuarto componente, el teclista Craig Frost, que vino a ensanchar el clásico terceto instrumental de guitarra, bajo y batería.
Otro hecho importante para el futuro del grupo ocurrió en esta período, el despido de Terry Knight como productor y manager, siendo producido este álbum por el propio grupo.
Los conflictos legales posteriores con Knight por el derecho a la utilización del nombre provocaron un período de descanso en la frenética labor de la banda, que alcanzó con este Lp el puesto número 7 en el Billboard.
El grupo acortó su nombre a Grand Funk y grabó con producción de Todd Rundgren, el ex líder de The Nazz, su disco más popular y exitoso, "We're An American Band" (1973), un gran trabajo que los llevó al puesto 2 en Lps y al 1 en singles con el tema homónimo que abre el album.

Rundgren repitió en "Shinin' On" (1974), otro excelente disco que contenía una versión del clásico de Little Eva, escrito por Carole
King y Gerry Goffin, "The Loco-Motion", que los llevaría de nuevo al número 1.
El Lp, como era norma usual en su carrera, se colocó entre los diez más vendidos en los Estados Unidos, esta vez en el puesto número 5. Estas numerosas ventas y sus nutridos conciertos hicieron de Grand Funk Railroad uno de los grupos de rock más populares y triunfantes de la primera mitad de los años 70.
"All the girls in the world Beware!!!" (1974), disco de menor nervio, simpática portada y producción de Jimmy Ienner, el productor de Raspberries, incluía los singles de éxito "Bad Time" y "Some Kind of Wonderful".

Tras el directo "Caught in the act" (1975) y el flojo "Born to die" (1976), Lp que dio inicio a su declive comercial, la banda firmó con MCA, grabando un único Lp, "Good Singin', Good Playin'" (1976), album producido nada más y nada menos que por Frank Zappa, quien no logró levantar el vuelo del cuarteto.
Después de este traspiés a nivel ventas, Grand Funk Railroad terminó su trayectoria en 1976.
Mark Farner, el alma mater de la banda, formó su propio grupo, Mark Farmer Band, y grabó varios discos de poco interés, como "Mark Farner" (1978) y "No Frills" (1979).
En 1979 los restantes miembros de Grand Funk Railroad publicaron "Flint" (1979), un Lp llamado igual que su nuevo proyecto, Flint, nombre emanado de su ciudad natal.
Después de estas poco satisfactorias aventuras, Farner y Brewer, con el bajista Dennis Bellinger, reiniciaron la andadura de Grand Fulk Railroad. Grabaron "Grand Fulk Railroad Lives" (1981) y "What's funk" (1983), pero ante la mediana recepción crítica y comercial, el grupo volvió a separarse.
Mark comenzó a grabar discos de rock cristiano y los demás se unieron a la Silver Bullet Band de Bob Seger.
A mediados de los años 90, Farner, Schacher y Brewer se reunieron de nuevo para girar por todo el mundo con apreciable éxito.





El género del rock progresivo fue una de las variantes más importantes del rock and roll. Aunque la importancia de este género no se mide por la cantidad de discos vendidos, se puede decir que sin los grupos progresivos el rock no se habría renovado con la fuerza que lo hizo durante los años setenta.
En el caso concreto de “Yes” su influencia trascendió la década dorada del rock progresivo y se ha extendido hasta hoy. Desde 1968 y hasta finales del siglo pasado, “Yes” se enfrentó a cambios importantes en la música, la política, las generaciones y la cultura pop, con todo eso en la espalda el grupo logró prolongar su influencia hasta hoy, lo que la convirtió en la banda progresiva por excelencia.
Mientras formaciones como Emerson, Lake & Palmer, Genesis y King Crimson reconstruyeron su sonido y gradualmente se alejaron hacia vías más comerciales, Yes se mantuvo apegada a su línea musical además de su repertorio original, con el agravante que 25 años después seguían siendo tomados en serio.
Su audiencia a lo largo de los años se renovó permanentemente debido a un sonido virtuoso, cósmico, cargado de texturas y letras tan poderosas como delicadas.
Jon Anderson (25/10/44), la voz del grupo, empezó su vida musical en los Warriors durante la explosión de la música pop en Inglaterra. Luego pasó por “Gun” para luego dedicarse a una carrera como solista. Las cosas no iban bien como solista y mientras el conserje en La Chasse, un club londinense, tuvo la oportunidad de conocer al bajista Chris Squire quien había tocado para “Syn”.
En la conversación salieron a relucir una serie de puntos comunes como la admiración por el canto de Paul Simon & Art Garfunkel. En cuestión de días estaban componiendo canciones juntos con un sello particular: armonías apoyadas en un rock duro. Ambos notaron que los grupos a que admiraban tenían un desequilibrio entre el canto y el respaldo musical, sea porque el primero tapaba al segundo o viceversa. Entonces decidieron alcanzar el equilibrio entre ambas partes y para ello usaron como referente a la Quinta Dimensión.
Entre ambos reclutaron a Tony Kaye para que apoyara con los teclados, Peter Banks en la guitarra y Hill Bruford en la batería. El nombre se escogió por ser corto, directo y fácil de recordar.
La escena musical británica estaba cambiando. La sicodelia daba lugar a sonidos más pesados como el de Cream o a los primeros pasos del sonido progresivo de “Nice” o “Deep Purple” que apelaban a la estética de la música clásica de finales del siglo 19.
La oportunidad para Yes vino en octubre de 1968 cuando Tony Stratton-Smith, el representante de “Nice”, los llamó para que se presentaran en lugar de “Sly & the Family Stone” que no iba a poder abrir uno de sus conciertos.
El 26 de noviembre los llamaron para que abrieran el concierto de Cream en el Royal Albert Hall. La presentación les deparó un lugar fijo en el Marquee Club de Londres, además de su primera aparición en Radio. Más tarde, en abril de 1969, abrirían en el mismo teatro para Janis Joplin y firmarían para Atlantic Records.
“Sweetness” fue su sencillo debut y la primera canción compuesta por Anderson y Squire que salió a la venta una vez terminadas las presentaciones con Joplin. En noviembre llegó “Yes” su primer álbum, en el que se pondrían de manifiesto las características básicas de su sonido y que se mantendría a lo largo de toda su discografía: armonías altas, impecables y bien definidas; e influencia folk y clásica mezcladas limpiamente. En el disco se incluían versiones de temas de los Beatles y los Byrds. También estaba presente una insinuación del “rock espacial” presente en “Beyond and Before” en lo que luego vendrían a especializarse.
El falsete de la voz de Anderson sumada a lo marcado de la guitarra de Banks crearon un sonido con una personalidad muy peculiar que iba del folk al rock más movido. Por su parte el bajo de Squire era firme y grandioso, algo parecido al de John Entwistle de The Who; mientras que la batería era más compleja que la simpleza del pop; y el teclado de Kaye complementaba con melodías muy ricas.
En 1970 vino su segundo álbum: “Time and a Word” y junto a él la salida de Banks quien fue reemplazado por Steve Howe. El disco fue bastante más sofisticado que su predecesor al punto que llegó a incluir una orquesta duplicada dentro de los arreglos. Al mismo tiempo el estilo cósmico y místico de la música y las letras empiezan a tomar forma.
La popularidad de Yes empezaba a despegar mientras abrían para “Nice” o “Iron Butterfly” lo que los exponía a una audiencia que buscaba otras alternativas musicales. Este proceso se consolidó con el tercer LP “The Yes Album” de 1971 con el que la gente terminó de diferenciar al grupo y darle un lugar propio en su mente.
El disco se hizo a base de material original y muy complejo. Las armonías se sobreponían unas a otras, mientras capas y capas de instrumentos marcaban el cuerpo de las canciones. “Your Move” fue la primera canción del grupo en entrar a las listas norteamericanas y en ella se hace evidente que los músicos estaban en otra liga tocando los instrumentos con gran perfección, además de una apreciable creatividad.
Otros temas del disco daban a los músicos la oportunidad de tocar solos que les daban espacios para mostrarse y crear.
“The Yes Album” abrió una nueva fase en la historia del grupo. Lograron enganchar a la audiencia en su ritmo, no a ellos con la agenda de la audiencia. Ninguna de sus piezas era candidata al Top 40 de Billboard, pero su música basada en los colores de las pinturas paisajistas atrajo a una audiencia que hasta entonces funcionaba con elementos básicos y repetitivos. El disco fue número 7 en Inglaterra y 40 en Estados Unidos durante 1971.
A inicios de ese mismo año entraron de gira en Estados Unidos abriendo para Jethro Tull y a finales de año volvieron para abrir en las presentaciones de “Ten Years After” y los “J. Geils Band”. A mediados del 71 estaban trabajando en su siguiente disco cuando Tony Kaye anunció que dejaba el grupo para irse a la formación del exguitarrista de Yes Tony Kae, Flash.
Rick Wakeman, ex “Strawbs” fue llamado a llenar el vacío. El estilo de Wakeman era más exuberante y eso se veía también en la cantidad de instrumentos que usaba en el escenario, 12 combinaciones de teclas con distintas sonoridades ahora acompañaban el estilo de Yes.
“Fragile” se completó a inicios de octubre de 1971 y en relativo poco tiempo, dada la necesidad que tenían de obtener dinero para poder pagar por todo el equipo que demandaba Wakeman; además de poner a la venta un material con solamente 4 canciones en las que participaba todo el grupo que iban de los 7 a los 13 minutos; y 5 que eran prácticamente solos.
El disco repitió el 7 en Inglaterra, pero en Estados Unidos estuvo en el número cuatro. Parte del éxito se debió a que la kilométrica “Roundabout” fue editada para que pudiera sonar en las radios y así pudiera llegar a ocupar la casilla número 13 en billboard.
Yes había logrado colocarse dentro de la dictadura pop con un sonido cargado de bajos, guitarras que hablaban libremente, teclados que hacían de las suyas y más aún una interpretación de las voces emocional. El público que realmente recibió el impacto de esta música fueron los adolescentes de la época lo que le garantizaba a Yes un futuro venturoso... y un pasado también porque sus discos anteriores empezaron a venderse como pan caliente.
El impacto de Yes era cultural. No solo la música, sino que las cubiertas de sus discos hechas por artistas vanguardistas se empezaron a poner de moda. De un momento a otro eran los herederos del rock sicodélico.
Ahora sus letras exploraban otros temas como la religión, la historia y la literatura, mezclada con una música vanguardista. Una fusión entre las letras profundas de los Moody Blues y la música sicodélica y metálica de los Iron Butterfly
Por su parte, el falsete de Jon Anderson se peleaba con la nueva fuerza del rock, la voz de Robert Plant de Led Zeppelin.
Yes estaba en una posición de llegar adonde Led Zeppelin no tenía interés de ir en términos de sus raíces de música clásica. Al mismo tiempo no eran austeros en sus presentaciones como Emerson, Lake & Palmer; pero no llegaron al nivel de Peter Gabriel con Genesis.
Aunque durante los próximos 12 años sus canciones entrarían a las listas, ninguna tuvo la fuerza y el éxito de “Roundabout”.
“Closer to the Edge”, su siguiente LP, se puso a la venta a mediados de 1972. En él quedaba claro qué era lo que quería en grupo y hacia dónde iba. Tres temas musicales en los que importaba el todo y no las partes con clara influencia de la música clásica, particularmente de Stravinsky.
El disco puso de manifiesto que el grupo tenía una base musical impresionante, porque a pesar de que la adaptación para radio apenas llegó al 42 de las listas, el disco fue número 3 en Estados Unidos y 4 en Inglaterra.
Bill Bruford se llevó sus palillos a King Crimson y fue reemplazado por Alan White quien tocara con John Lennon y la Plastic Ono Band. White tenía una gran resistencia física y un golpe poderoso, pero carecía de la técnica de Brufford. Aún así salieron de gira y no decepcionaron, por el contrario grabaron un doble disco en vivo que fue un éxito en ventas.
1973 fue un año dedicado a hacer material nuevo, pero que no cayera en calidad ni defraudara a una base de oyentes que ahora demandaba más. De hecho “Tales From Topographic Oceans” había causado tal ansiedad, que había obtenido el disco de oro antes de ponerse a la venta en enero de 1974, por la cantidad de ordenes anticipadas. De hecho fue número uno en Inglaterra y 6 en Estados Unidos.
El disco fue un salto cualitativo en la música de Yes. En sus cuatro pistas el sonido era más pesado, con muros sonoros realmente complejos. Sin embargo, no llueve a gusto de todos y el disco dividió a la fanaticada. Hubo quienes lo encontraron visionario y otros que creyeron que el grupo empezó a desvariar.
Después de la gira del disco, los integrantes del grupo se dedicaron a proyectos individuales. Wakeman sacó su segundo disco y anunció que se iba de Yes en busca de un proyecto como solista. Más tarde diría que la razón de salir de la banda fue que “Tales From Topographic Oceans” no representaba la dirección musical en la que él se quería dirigir.
La salida de Wakeman le planteó un problema serio al grupo. Muchos de los seguidores del grupo lo eran por la calidad musical de Wakeman, además de ser el músico más reconocido de la formación, eso sin tomar en cuenta el hueco que dejaba en el sonido de la banda.
En agosto de 1974 se anunció el reemplazo de Wakeman con Patrick Moraz, un suizo que había tocado con la banda de rock progresivo Refugee. Tres meses después vino “Relayer” en el que Moraz se mostró probo, al punto que las ventas fueron las esperadas. Sin embargo, en las presentaciones en vivo el suizo no tenía la espectacularidad de su predecesor.
Durante los próximos dos años y medio, la banda estuvo de gira y el único material publicado fue “Yesterdays”, una compilación de grandes éxitos; y un filme de la gira de 1973 que fue recibida con más críticas que signos de admiración.
El período fue aprovechado por propios y extraños para llenar el vacío. Los competidores sacaron material hasta por los codos y los integrantes materiales de proyectos individuales que habían estado guardados mientras Yes crecía.
En 1976 Yes regresó a la normalidad. Wakeman volvió a las tiendas, Moraz tuvo que salir. “Going for the One” salió a la venta en 1977 con un estilo más austero en lo musical y con temas sensiblemente más cortos. El LP estuvo en la cima de las listas británicas de ventas y estuvo en el octavo lugar en Estados Unidos.
Era la época de los llenazos, de las marcas de audiencias y de los estadios como lugares para conciertos. El disco no había terminado de salir del horno cuando Yes se estaba presentado a estadio lleno en la costa este de los Estados Unidos. Luego vendrían “Tomato” en 1978 y “The Steve Howe Album” a finales del 79.
A inicios de 1980 Jon Anderson se unió al tecladista griego Vangelis con quien sacó “Short Stories”. Jon & Vangelis, como se dieron a conocer lograron varios éxitos de corto plazo, pero no lograron despegar como entidad.
En marzo de 1980 Yes se convirtió en “no” porque Anderson y Wakeman decidieron seguir sus propias carreras musicales. Trevor Horn fue llamado a cantar y a tocar guitarra, mientras que Geoffrey Downes estaba encargado de las teclas. Ellos dos se unieron a Steve Wowe, Chris Squire y Alan White que se mantuvieron unidos bajo el mismo nombre.
El quinteto salió con “Drama” a la calle y fue bien recibido en Inglaterra, aunque con mucho más temple en Estados Unidos. Esta formación duró escasamente un año y en abril del 81 se anunció la separación definitiva del grupo.
Geoff Downes y Steve Howe formaron “Asia” cuya corta duración fue realmente intensa al punto de ser uno de los grupos más promovidos por MTV.
Por su parte Chris Squire y Alan White formaron Cinema con el tecladista original de Yes Tony Kaye y el guitarrista Trevor Rabin. La formación no logró despegar y Squire invitó a Anderson a unirse. En ese momento se dieron cuenta que Yes se había rearmado y que lo que tenían que hacer era reavivarlo.
A finales de 1983, madurados por los éxitos, fracasos y separaciones; los Yes vuelven a la calle con Trevor Horn como productor de “Owner of a Lonely Heart”. Nadie, dentro del grupo esperaba que la canción fuera número uno, pero eso sucedió en Estados Unidos.
El mismo Horn produjo “90125” que también vendió bien, pero que se convirtió en techo, pues fue imposible hacerle una seguidilla por la salida de Horn.
Yes se mantuvo bajo el nivel del mar hasta 1987 con la salida de “The Big Generator” aunque el éxito fue realmente moderado. De un momento a otro había varios ex miembros de la banda tocando en sus propias formaciones que a su vez interpretaban canciones del grupo y desataban batallas legales sobre quién era el dueño del nombre.
La cosa se resolvió por aclamación. La reformación de Yes por Anderson, Bruford, Howe y Wakeman recibió la bendición del público y de los tribunales como los dueños del nombre de la banda.
En 1990 empezaron una gira titulada “An Evening of Yes Music” en el que se presentaban ante la audiencia con su repertorio clásico, incluyendo un llenazo en el Madison Square Garden.
En 1991 el grupo se rearmó ahora incluyendo a Anderson, Howe, Wakeman, Squire, Kaye, White, Rabin, and Bruford. Salieron de gira, produjeron el respectivo video y “Union” un disco con un sonido más pesado y cuyas ventas fueron apreciables.
La gira les permitió presentar todo su material anterior en la primera parte y en la segunda había espacio para los solos de cada artista. Las tres gigantescas horas del concierto llevó a que hasta la prensa no especializada se refiriera al tema y cubriera con mucha expectación la salida de la caja de 4 CDs “Yes Years” de 1991.
Para mediados de los 90 los detractores del rock progresivo ya habían reconocido que las maratónicas piezas musicales de Yes de mediados de los setenta eran un verdadero aporte al desarrollo de la música.